viernes, 18 de julio de 2008

Otra vez, la violencia escolar

Hace unos meses publiqué un post sobre violencia escolar, donde sostenía que "No hay violencia escolar: hay una violencia que hunde sus raíces en la intolerancia creciente de una sociedad que hace que la diferencia y que el otro sean vistos, cada vez más, como obstáculos o enemigos".
Nuestros chicos sin dudas no pueden sustraerse de la violencia que presencian a diario, cuando ven a sus padres discutir en sus hogares, o cuando ven al gobierno y al campo enfrentarse "por el bien del país", cuando van a la cancha de futbol, cuando miran televisión, cuando transitan las calles de su ciudad ... gritos, insultos, prepotencia, descalificación del otro, burla, falta de valores imperan en todos lados. Y los menores aprenden de lo que ven, se educan con el ejemplo, reproducen lo que les enseñamos nosotros, como adultos.
Sin embargo, la violencia en las aulas (que es, como decía, el reflejo de esa violencia social) y las condiciones en que desarrollamos nuestra labor hoy los docentes, parece haberse descubierto recientemente gracias a que los noticieros mostraron un par de videos donde los mismos alumnos muestran de qué son capaces cuando buscan divertirse a costa de otros.
Lo increible es que las autoridades educativas parece que desconocían esta realidad hasta que la mostraron los medios. En la provincia de Buenos Aires, ayer se reunieron 300 inspectores y otras autoridades para debatir acerca de esta problemática y evaluar la implementación de cambios en los denominados Acuerdos Institucionales de Convivencia de las escuelas secundarias.
Los docentes hace años que venimos reclamando apoyo ante un problema que nos desborda, ante el cual nos sentimos solos, sin contención ni posibilidades de busqueda soluciones de largo plazo. En cada oportunidad de intercambio con otros colegas, este es el tema excluyente: qué hacer ante la violencia, la indisciplina, el desgano, la ausencia de los padres, la falta de gabinetes en las escuelas, la falta de apoyo institucional o político. Prevalece la sensación de sentirnos ninguneados, ignorados o por el contrario culpados de todos los males de la educación en nuestro país.
Y esta sensación se reafirma cuando vemos que se realizan estas reuniones muy mediáticas y promocionadas ante un hecho concreto, pero donde los docentes seguimos sin ser convocados ni escuchados.
Hasta que no se analice el tema de la violencia escolar como un tema estructural, que trasciende los límites de la escuela, donde se necesitan las opiniones y el compromiso de todos los actores institucionales (autoridades políticas, directivos, docentes, padres, alumnos, auxiliares), ni siquiera se va a lograr un diagnóstico profundo y real para tener buenas bases de análisis desde dónde partir en busca de soluciones posibles.


1 comentario:

Federico684 dijo...
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