La nuevas tecnologías que hoy representan un tráfico incontrolable en contenidos y sitios en la red, representan aún un interrogante para la enseñanza y los docentes acerca de sus consecuencias y objetivos.
El rector de la Universidad de Salamanca José Ramón Alonso pronosticó que en el siglo actual "vamos a una educación digital, más abierta a todos y con clases por teléfono móvil" y opinó que en dos años "todos los rectores estarán en el Facebook", la red de comunicación social en Internet.El sociólogo Luis Quevedo sostuvo días pasados en la Feria del Libro en respuesta a los miedos de los docentes de que los chicos se instalen en un "mundo virtual", "con compañeros y situaciones irreales", que "el libro fue también una nueva tecnología, que revolucionó la sociedad y el modo de dictar las clases" cómo más tarde lo fueron "la radio y la televisión".
Sin embargo, para Quevedo "los libros, las novelas de televisión y el radioteatro también nos introdujeron a mundos de ficción y eso no fue pernicioso".
Para el doctor en Educación Mariano Palamidessi, en la enseñanza "la ola de incorporación de tecnologías se superpone con debilitamiento de las creencias y las fuerzas que impulsaron la utopía de la escolarización universal, el desencantamiento generalizado que atraviesa la tarea pedagógica, antes tan sagrada y plena de sentidos, y la sensación de impotencia de los docentes frente al poder cultural del mercado"."Para revisar las formas y las razones de integración de las tecnologías en las escuelas necesitamos comprender la convivencia actual del sentimiento de que algo sagrado que debe ser preservado se está destruyendo (la educación pública, el espacio protegido de la infancia, la especificidad de lo escolar), con la poderosa promesa de una verdadera revolución educacional motorizada por las tecnologías", subrayó.
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Extraído de perfil.com
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