El término blended learnig se traduce literalmente como aprendizaje mezclado, y se aplica a las situaciones educativas en las cuales las clases se desarrollan tanto en forma presencial como en línea.
De acuerdo a la clasificación propuesta por Lowther, D (2000), (según el nivel de uso de las tecnologías en la enseñanza), el blendeg learning estaría configurado dentro del nivel 4 o comunal, en donde las propuestas formativas se desarrollan tanto en un ambiente de aprendizaje cara a cara como en línea. Esto puede implicar la disponibilidad de los contenidos a través de uno u otro modo. Idealmente, los estudiantes generan la mayor parte de los contenidos ellos mismos.
Desde algunos ámbitos se plantea que el blended learning es una alternativa que superaría las limitaciones del aprendizaje en línea a partir del aprovechamiento de las virtudes de la enseñanza presencial y la no presencial posibilitando el desarrollo integral del estudiante. Sin embargo otros sostienen que este concepto es una nueva denominación para modelos que ya venían implementando estas combinaciones de secuencias presenciales y a distancia desde hace varios decenios.
Para quienes ven en las tecnologías de la información y la comunicación grandes posibilidades para el aprendizaje, la utilización de estos recursos combinados con la presencialidad “fortalece y potencia los aprendizajes que los alumnos pueden construir porque permiten mayor apropiación de los contenidos abordados en las dos instancias (presencial y virtual), debido a que los alumnos se encuentran obligados a mantener la lectura bibliográfica al día para emitir opiniones personales sobre los temas en los foros del campus; conocer las dificultades y características de cada uno de los alumnos; notificar inmediatamente a los alumnos su proceso de aprendizaje; acceder desde cualquier hora y lugar a los materiales, recursos y consultas; crear listados de sitios recomendados en los cuales los alumnos pueden profundizar y enriquecer sus conocimientos, listados de secuencias de actividades para abordar algunas temáticas, etc.”
Cabe destacar que la inclusión de recursos de Internet en el desarrollo curricular puede propiciar intercambios de información, establecer vínculos más sólidos y generar proyectos colaborativos entre los estudiantes, siempre y cuando esa inclusión este pensada no como un fin en sí mismo, sino como parte de un diseño y unas estrategias desarrolladas de acuerdo a los contenidos, los fines y los grupos.
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