jueves, 8 de julio de 2010

Sobre la importancia de la educación pública y debates no resueltos














El 8 de julio de 1884, se sancionó la Ley 1420 de educación común, que establecía la instrucción primaria obligatoria, gratuita y gradual, sostenida por el Estado.

Uno de los temas más debatidos en ese momento fue la inclusión o no de contenidos religiosos en los programas escolares, y por consiguiente, el papel de la Iglesia en la sociedad y el Estado. La instrucción religiosa quedó en caracter de optativa y a ser dictada fuera del horario escolar.

La educación religiosa en la escuela pública se re-estableció en diciembre de 1943, durante la breve dictadura de Pedro Pablo Ramírez y se mantuvo cuando en 1946 asumió el gobierno Juan Domingo Perón. Es recién en medio de un conflicto con la Iglesia Católica que en 1954 Perón derogó la enseñanza religiosa.

126 años después, la educación pública, aunque lejos de ser la ideal, con múltiples desaciertos, falencias, críticas, es y debe seguir siendo el motor de progreso de nuestra sociedad, el espacio democratizador, el lugar de ajuste de las injusticias y el camino de las posibilidades.

Como parte del Siglo XXI sería esperable, también, que se termine de definir la necesaria separación entre Estado e Iglesia.

* Foto: Escuela N° 6- Banderaló (mi querida escuela primaria, única en un pueblo de 1500 habitantes)


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