A través de un contacto de Facebook accedí a la historia de este joven africano, que en medio de la extrema pobreza y condiciones ambientales muy desfavorables desplegó todo su ingenio para mejorar su vida y la de su comunidad. Leyendo su historia me vino a la mente el concepto de Resiliencia, la capacidad de superar una situación adversa y salir fortalecido y mejor que antes.
Fuente: williamkamkwamba.typepad.com |
A partir de estas investigaciones logró replicar un modelo de molino de viento que aparecía en una revista, con materiales extraídos de una chatarrería.
El molino generaba electricidad para su hogar. Luego vinieron los vecinos para recargar sus celulares, y finalmente fue empleado para bombear el agua del subsuelo y contribuir ciertamente a la recuperación de todo un pueblo.
La noticia se difundió. La popularidad de este joven -que nunca había abandonado su pequeño pueblo y que desconocía el Internet-, cobró fama internacional,.
William encontró apoyo para concluir sus estudios, además de financiamiento para el desarrollo y difusión de nuevos molinos dedicados a la irrigación de cultivos. Su coraje y entrega ha tenido el reconocimiento que merece; su determinación lo llevó a trazarse un destino distinto del que tenía signado y la educación fue la herramienta que lo hizo posible.
Su mensaje al mundo -especialmente a los africanos- es: "Confíen en si mismos y crean. No importa lo que pase ¡no se rindan!"
Para conocer más acerca de su vida y sus proyectos actuales, pueden visitar su blog: http://williamkamkwamba.typepad.com/
Fuente: http://blogs.elespectador.com/300-gotas/2016/02/16/el-ingenioso-joven-africano-que-acabo-con-la-hambruna-de-malawi/